¿Cómo se entrena?

Los entrenamientos en la práctica de la atención plena favorecen el desarrollo de nuestra capacidad de registro e intervención sobre nosotros mismos y nuestra forma de relacionarnos.
Brindan recursos para atravesar crisis e incrementar nuestra capacidad de aprender y comunicarnos con otros y de conocernos a través de la auto-observación consciente.
Se basan en el aprendizaje vivencial, integrando mente y cuerpo y proponiendo una participación activa que incluye prácticas diarias. Los participantes aprenden a cultivar la práctica de mindfulness y a enfrentar sus desafíos vitales en forma más ecuánime y efectiva.

Desde hace 30 años, miles de personas han tomado cursos de atención plena (mindfulness) en el mundo.
Se han realizado estudios clínicos en investigaciones sobre gente padeciendo stress, cáncer, trastornos cardíacos, ansiedad, depresión, dolor crónico, adicciones, trastornos del sueño, psoriasis y otras condiciones de salud tales como asma, problemas gastrointestinales e inmunológicos.
Problemas de stress crónico o debidos a cambios de vida en el proceso educativo, el trabajo o el ámbito familiar son abordados desde este marco a través de nuevas formas abriendo nuevas posibilidades de percibirlos y manejarlos.

Actualmente se realizan programas en el ámbito educativo y sus efectos se evidencian en el mejoramiento de la atención, rendimiento académico, la regulación emocional y la resolución de conflictos en el mundo escolar.
Estos entrenamientos favorecen el desarrollo de la confianza, ecuanimidad, compasión, claridad, resiliencia para con uno mismo y los demás.

Las capacitaciones para profesionales en ámbitos de salud y educación o manejo de stress en ámbito laboral mejoran y afianzan el manejo de las relaciones con el colaborador, alumno, consultante, paciente o cliente. Las intervenciones y la capacidad de estar presente del profesional se enriquecen. El entrenamiento incluye material de trabajo y guías de práctica.